El cuartucho danzaba entre alguna fragancia extraña y el humo de la marihuana que fuman el Mexicano y el Corto maltés. El cigarrillo de tabaco y químicos tan solo distrae la atención del cenicero, jenízaro de quién quiere acusarlos con cara y mundana moral.
En la TV, una road movie de mala calidad intenta estupidizar a la juventud. Ellos declaran su independencia, lágrimas y pateticidad. En realidad nunca se debe cargar un fierro sin balas, y nunca se debe apuntar a alguien si no estás convencido de que vas a poder disparar.
El Mexicano abre la heladera para buscar el vino que había visto una vez, el Corto maltés le grita que ya no hay.
- ¡¿Cómo que ya no hay, manito?! Si había medio cartón...
-No. ¡Estás bien pacheco, mexicano!
La parejita fugitiva ya se ha formado por culpa del limadito que ya hizo macanas; y el necio del guionista que siembra moralejas. La niña mala y bonita huye por el rebelducho que le propone casamiento. No creo en el cuento que dice que si fuera tu último día seguirías haciendo lo que hacías (Borges me humillaría).
Corto maltés no quiere pensar en su presente, al Mexicano eso no le importa, lo irrita la languidez.
- Contame sobre tu viaje a Nepal...
- Fue alucinante ¡no sabés! El pelig...
- Era joda, che
Al limadito lo atrapan los malos, estereotipados y cocainómanos, lo torturan y después se drogan con él; Flash bien road. La parejita llega a lo de mamá pistolera y papá, gurú tan solo para que el guionista baje otra soga moraléjica. En la balanza de la historia tienen los hijos de quienes tuvieron (soga en mi cuello).
El Corto maltés deambula por el cemento tratando de cumplir sus sueños, el Mexicano fuma marihuana para poder decir algo que suene importante.
-El tonto ahora es malo, los cocainómanos murieron en sus entrañas...
-El mal con el mal se paga...
-Dime con quien andas y te diré quién eres...
-Al que nace barrigón es añudo que lo fajen...
-A rebuzno reprimido, agricultor asustado...
- ¡¿Eh?!
- Que a rebuzno reprimido, agricultor asustado...
- ¿Y que quiere decir eso?
-Dejá. Ya no importa.
El policía retardado es muerto por el tonto malo, que termina apuntando a la parejita de este flash hacía un paisucho caluroso.
-¡Viva el tercer mundo!¡allí no hay ley!
El Mexicano se enciende otro cigarrillo. Corto maltés piensa en el día de mañana. Alguien susurra otro cliché imitador de aforismos.
-Un amor y una cuarenta y cinco no son la llave de nuestra celda, no alejan a nuestros demonios. Son el cencerro de ella y su ventana enrejada, que deja pasar la luz del sol y la sombra del patíbulo en el patio de la prisión.
-¡Corten! Wilfred, ¡te dije mil veces que pusieras cara de soñador, no de idiota!
-Lo siento dire...
-Bueno, bueno, no llores. Volvamos a la acción.
Corto maltés apagó la TV. El Mexicano buscó el vino en la heladera.
- Che, ¿en serio que no hay más vino?
En la TV, una road movie de mala calidad intenta estupidizar a la juventud. Ellos declaran su independencia, lágrimas y pateticidad. En realidad nunca se debe cargar un fierro sin balas, y nunca se debe apuntar a alguien si no estás convencido de que vas a poder disparar.
El Mexicano abre la heladera para buscar el vino que había visto una vez, el Corto maltés le grita que ya no hay.
- ¡¿Cómo que ya no hay, manito?! Si había medio cartón...
-No. ¡Estás bien pacheco, mexicano!
La parejita fugitiva ya se ha formado por culpa del limadito que ya hizo macanas; y el necio del guionista que siembra moralejas. La niña mala y bonita huye por el rebelducho que le propone casamiento. No creo en el cuento que dice que si fuera tu último día seguirías haciendo lo que hacías (Borges me humillaría).
Corto maltés no quiere pensar en su presente, al Mexicano eso no le importa, lo irrita la languidez.
- Contame sobre tu viaje a Nepal...
- Fue alucinante ¡no sabés! El pelig...
- Era joda, che
Al limadito lo atrapan los malos, estereotipados y cocainómanos, lo torturan y después se drogan con él; Flash bien road. La parejita llega a lo de mamá pistolera y papá, gurú tan solo para que el guionista baje otra soga moraléjica. En la balanza de la historia tienen los hijos de quienes tuvieron (soga en mi cuello).
El Corto maltés deambula por el cemento tratando de cumplir sus sueños, el Mexicano fuma marihuana para poder decir algo que suene importante.
-El tonto ahora es malo, los cocainómanos murieron en sus entrañas...
-El mal con el mal se paga...
-Dime con quien andas y te diré quién eres...
-Al que nace barrigón es añudo que lo fajen...
-A rebuzno reprimido, agricultor asustado...
- ¡¿Eh?!
- Que a rebuzno reprimido, agricultor asustado...
- ¿Y que quiere decir eso?
-Dejá. Ya no importa.
El policía retardado es muerto por el tonto malo, que termina apuntando a la parejita de este flash hacía un paisucho caluroso.
-¡Viva el tercer mundo!¡allí no hay ley!
El Mexicano se enciende otro cigarrillo. Corto maltés piensa en el día de mañana. Alguien susurra otro cliché imitador de aforismos.
-Un amor y una cuarenta y cinco no son la llave de nuestra celda, no alejan a nuestros demonios. Son el cencerro de ella y su ventana enrejada, que deja pasar la luz del sol y la sombra del patíbulo en el patio de la prisión.
-¡Corten! Wilfred, ¡te dije mil veces que pusieras cara de soñador, no de idiota!
-Lo siento dire...
-Bueno, bueno, no llores. Volvamos a la acción.
Corto maltés apagó la TV. El Mexicano buscó el vino en la heladera.
- Che, ¿en serio que no hay más vino?
(2001)
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