X
El joven desocupado latía entre el hedor del hacinamiento mientras de fondo sus padres vomitaban chillidos de escasez y miseria. Él ya no soportaba su realidad, solo soñaba con poder alejarse -aunque sea un momento- de tantos recuerdos e ilusiones.
- Sí, borraré de las tabletas de mi memoria todo recuerdo trivial y vano, todas las sentencias de los libros, todas las ideas, todas las impresiones pasadas, que copiaron allí la juventud y la observación - se dijo a si mismo mientras entraba furtivamente al baño.
Cerró la puerta tras de si, se colocó frente al lavatorio y se miró en el espejo.
- No podeís, amigo, tomar de mí cosa alguna de que quiera yo con más gusto desprenderme ¡escepto mi vida! ¡escepto mi vida!
Abrió la canilla y con el clorado líquido intentó barrer de su rostro las heridas de su alma. Estaba cansado, agobiado por la ironía desdibujada en un haz de famélicos sentimientos encontrados, sin socializar ni explorar rincones de los cuerpos ajenos, excitados. Era quizás el momento de decidir que rocas eran parte de su simbiosis con la ignrancia humana. Era el momento de plantearse la necesidad de comenzar un nuevo juego para su espíritu.
Be or not to be!¡That ’s the question!¿Qué es más levantado para el espíritu: Sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciendoles frente, acabar con ellas?.
Cerró la canilla, salió lentamente del baño y caminó hasta el gran ventanal que daba a una calle interna de la villa; encendió un Fox y luego agitó su mano para apagar el fósforo.
-...O tomar las armas contra un piélago de calamidades y haciendoles frente, acabar con ellas?
Entonces el joven desocupado volvió al baño, y se afeitó magistralmente.

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-Yo tengo firmes valores.
-¡Guau!
-¡Guau!
-Si los valoras es porque no lo tienes...
-¿?

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La radio mostraba su realidad mientras el gorgo besaba el cuello de alguna secuaz solidaria. Anunciaban la carroza de su vasallo, esposado a la cumbre del repudio social.
-¡Estúpido!, el imbécil se dejó atrapar...
-..sí, pero por lo menos se olvidan de nosotros por un tiempo.