VI
La noche blasfemaba iracunda y el humus de los cadáveres se esparcía por el asfalto cuando un caro carro Mercedes se detuvo frente a ella.
-¿Cuanto te llamas?
-Ochenta completita.

El plástico conductor del coche fregó su nariz con su mano, le incomodaba. Luego encendió un habano y dijo:- Muy caro.¿ Estás operado?
-No.¿Para que preguntas si a vos te gusta que te cojan?
El travesti siempre decía que no. Quería repetir su discurso. Quería decir que todavía se resistía a acceder a bajas imágenes de gordos cocainómanos reprimidos, quienes no pueden aceptar, morbosamente y a la luz del día, su condición de bisexualidad.
-¡¿Qué?! ¡Puto de mierda! ¿Cómo te atreves a hablarme asi? ¡Degenerado!
-Quizás sí., porque sufro en mi prisión, sufro el tener que habitar en un cuerpo opuesto a mi esencia. Soy una degeneración de la razón de viejos filósofos judeo cristianos.
El desconocido conocido pisó su acelerador y marchó rápidamente, dejando tras de si al condenado y a sus propias contradicciones. Huyó.

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El sol ya había subido a su trono y los pajaritos cantaban sin razón. Un poco de rocío humedecía al doce gótico. El mendigo soñaba frente a ella. Sus besos levantaban la morada de las insaciables.
-Déjame amarte, regalarte mi luz..
-No se si debo. Somos diferentes.
-Ya lo sé, pero debo tenerte. Quiero mofarme de tí con mis amigos.

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El viento azotaba las ventanas de la vieja casona, donde el Señor lloraba por su futuro próximo. Sentado en el sofá pensaba que injusticia se acercaba, que cómo van a querer robarle lo que le dieron años de trabajo:- ¡¿Por qué me quieren robar?!
Fue entonces que el sirviente lo interrumpió de sus pensamientos: - Señor, usted explotó a cientos de trabajadores durante muchos años. Vivía entre lujos mientras ellos llenos de miseria. ¡Es hora de que rinda cuentas!
El Señor se levantó de su sofá y camino hacia la barra, se sirvió una medida de whisky y luego encendió un habano para decir: - ¿Estás con ellos?
-Son mis hermanos.
-Pero...¿Que tienes que ver tú con los obreros de una fábrica, los oficinistas, los desocupados,
los estudiantes o los ladrones de gallinas?
-Vos.

A lo lejos se oyó una pared derrumbarse.