1997-1998



La noche y ella.
(1997)

La silenciosa noche pasa,
el macabro reloj marcha,
mi mente raída vuela,
imagina donde estás.
Ruego que piense en mí.


(1997)
Miré tus pasos entrando al bar,
la luna escondida en tu bolso,
una estrella queriendo soñar
que yo ya no soy un tonto.


Oscilo
(1997)
Oscilo entre palabras y silencios,
tus pasos callados y mi barrio;
la luna llamándome en la noche
y el sol quemando mi libertad.

Vago entre calles y estrellas,
mis locuras y pensamientos puros;
la lucha por justicia real
y el deseo de poder amar.


Existencia
(1997)

Escultura de casona abandonada,
velas sin poder ver;
ojos en la oscuridad del tiempo,
como gatos en el amanecer.

Rincones de laberintos soñados
bajo lunas de acuario.
Pasos de loba silenciosa
donde se puede ver el mar.

Fantasmas de óperas mundanas
rodeando vidas marginadas;
parcas bailando un tango
en la lágrima de algún animal.

Miradas alejadas del espacio
analizando un alma en el Gólgota;
tumbas mentales con candado
para un soñador sin Nirvana.

Nostalgia
(1997)

Recuerdo...
las noches llenas de ideas,
música, cerveza y dulces doncellas...
...chicas bailando al loco compás.


Primera Lázara
(1997)

Necesito lo imposible,
gritarle a cualquier ser;
Abandonar mis posesiones,
...librar mi mente rapaz.


Inferno
(1997)
Estoy sentado a la derecha del demonio
y a mi izquierda el pobre capitán
de un barco que, pronto, va a estallar.

Estoy hundido en este infierno
donde perdí la libertad,
donde encontré una salida fugaz.


(1997)
Penas esparcidas sobre el asfalto,
una voz que retumba en mi razón,
la sorpresa invadiendo mi morada,
cuan frágil se dibuja la emoción!


(1997)
El señor de los espejos que se rompen por el eco de unos gemidos salió a la calle. Allí encontró un mensaje escrito en el cemento fresco: “Libera a los niños que, prisioneros de tu rutina, lloran tus desgracias.”

(1997)

El motor de un dios inútil...

(1997)
Viles yacarés arrancaban corazones empañados.
(Con V)


Hachero
(Historia guaraní)
-1998-

¡Quebrachos que van cayendo,
ahogando la ilusión de toba
olvidado bajo tierra
por aquéllos dioses guerreros¡

¡Hacheros de sangre guaraní
caminando bajo el ardiente sol,
cargando hachas y sueños,
de fortuna y amor!

¡Olor a yerba y torta frita,
a madera mojada y sudor,
a injusticias y hambre
de un mundo mejor!

¡Paso lento por el Chaco,
con machete y pangaré;
cruzando atento el quebrachal
junto al cielo y la luz mala!

¡Bajo el sol el pombero,
con luna llena el lobizón;
a lo lejos Don Rufino
y el alma de un robón!

¡Ricas noches, señor hachero
en el rancho de Almirón,
se armó la timba y el baile
con las chinas del patrón!

¡Donde los Barrios cantaron,
donde Isaco pasó,
canciones a sus pagos,
canciones de amor!

¡Allí trato de decirle, hachero,
la sangre bulle en el recuerdo;
manada de toros mochos
dibujando mi reflejo!


(1998)
Flamea una bandera roja
en su pecho ensangrentado,
herida está su alma
por los pueblos engañados.


Venus o Cerca de la locura
(`98)

Visitemos la oficina del dotor
que solo desea robar mi sangre,
o la tuya o la de él,
o la de quién quiera saber.
Él está riendo,
tan solo ríe,
ya no para de reír,
ríe mientras me muestra
el puñal del Emir.
Damasco ya cayó;
tropas hunas destruyeron su poder
Venus mi cuerpo recorrió
lanzando gritos de placer.
Pobre!,
no conoces el laberinto
oculto tras el viejo Olimpo;
los niños allí sangran,
los niños allí lloran,
los niños, allí fuman...
Marihuana,
humo como avión,
Hey!
Can you, please, come on?
Permítame filosofar,
tus letras en el subte no entrarán;
Subte A,
Subte B,
sin ningún Canal Tres.
Tan sólo,
una caja boba imitando a tu Señora,
María Novocaína,
descubriendo tumbas.
Egipcias...
...como el dotor.


(1998)
Siento que la noche se acerca,
siento como el tren se aleja,
susurran las hojas y el viento,
susurra una voz en mi cabeza...


Hipocresía
(1998)

Miseria,
en lo profundo de tu alma,
bajo cruces y cajas bobas.
Ignorancia,
en lo oculto de tu mente,
entre maestros y café con leche.
Hipocresía,
en la punta de tu lengua,
esclavizada por la moral y la decencia.
Opulencia,
en lo ancho de tu bunker
sobre lágrimas y sudor ajeno.
Sabiduría,
en la puerta de tu casa
frente a castigos y horas callejeras.
Hipocresía
en la esencia de sus libros
liberado por las masa y sus orden mental.

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