1995-1996


Puedes correr a casa
(1995)

Puedes correr a casa,
se ha largado a llover;
puedo correr a casa,
temo que no se ha de detener.

Puedes correr a casa.
El agua llega a tus rodillas;
puedo correr a casa,
me inundan las sonrisas.

Puedes correr a casa,
quizás nunca te alcance;
puedo correr a casa,
el mar ya está en las calles.

Puedes correr a casa,
el agua arrasará sentimientos;
puedo correr a casa,
me ahogan los pensamientos.

Puedes correr a casa,
ve con mucho cuidado;
puedo correr a casa,
pero no lo haré.


Solo oigo las ratas correr
(1995)

Me siento solo en esta celda,
no puedo ver el sol ni las estrellas;
me siento herido en la noche,
solo oigo las ratas correr.

Me siento solo en esta celda,
triste y sucio en la oscuridad;
sin nadie que me espere afuera
sin nadie que oiga las ratas correr.


Dexter
(o cerca de la locura)
-1995-

El mar ondando historias,
historias que recorren nuestras mentes,
mentes que recuerdan palabras.
Olvidemos, olvidemos,
hundamos nuestros sentimientos para no perseguirnos.
Locura que le dicen;
pero no creo, no creo,
no siento, no veo.
No veo más que sencillas muestras de histerésis.
Gracias por ello.
Gracias por creer.
Gracias por crear
lamentos y torturas,
inventos y facturas...
...de pasiones, de amor vendido.
Dejémosla con sus falsas ideas
pues si los valores caen,
los de ellos nunca estarán.
¡Morid!¡Morid!
Tu larga cabellera negra y sucia me debe la vida.
Cunas y ataúdes de cristal estallarán,
esparciendo millones de partículas de amor.
¡Invoca! ¡Invoca!
Invoca a tus dioses paganos,
quienes niegan tener piedad.
¡Morid!¡Morid!
O te pudrirás en tu ignorancia.


(1995)
Las olas que golpearon mi orilla
inundaron amplios sectores de mi alma,
creando una temor al recuerdo
de las noches pasadas sin calma.


(1995)
El reloj de la repisa se detiene en la noche,
un gato flaco empuja la puerta y entra,
la radio vieja chilla la muerte de alguien,
un cruz parca pende sobre mi cabeza...


La noche lluviosa
(1995)

La noche lluviosa
y yo todavía en la calle,
pisando el empedrado
y hundido en el agua turbulenta.

El viento en mi cara,
congelando lágrimas mentales,
despertando pensamientos
o solo la imagen de una mujer.

Perdido entre la niebla
buscando la luna brillante,
sonriendo sin ser alguien
o dejando que el tiempo me lleve...
... hasta ti.


Tirado
(1995)

Tirado en un cuarto que no es mío,
mirando a mi alrededor desconocido;
a kilómetros de mi pozo ciego
busco volar al más allá.

Velocidad luz en mi cabeza,
trato de no volver a llorar;
siento mi lengua tiesa,
no puedo parar de hablar.

Cigarrillo negro, fiel amigo
¿donde has quedado, lejano amor?
Brillante espejo, estoy tranquilo
no aguanta más mi corazón...
...y me voy.


Luna de cartón
(1995)

La luna de cartón se aleja
rumbo a su refugio mental,
intentando crear espacios
donde los niños puedan llorar.

Llorar por la falta de sus padres,
que murieron luchando por su libertad.
Llorar por la falta de una guía,
que los deje aún caminar.

La luna de cartón se pierde
en un laberinto de hadas
tratando de escapar del odio
y algunas lágrimas dibujadas.

Dibujadas por cientos de almas
que solo se quieren suicidar.
Dibujadas por miles de razones
que solo arden sin pensar.


Ahora
(o esperaré)
-1995-

Corro tras de ti, amor
hasta donde huye Dios;
sufre mi corazón
por un ángel sin razón.

Me oculto tras mi imagen
solo para poder gritar
que quiero algo verdadero,
alguien a quién amar.

Sufro sin rumbo,
sin comprensión moral;
lloro en las esquinas
escribiendo para salvar.

Abandono espíritus tiernos
porque ya no me dan nada;
rompo sagrados sueños
por mi alma apasionada.

Corro tras de ti, amor
hasta donde huiré ahora;
ríe pobre corazón,
ya será tu feliz hora.



Quise robarte un beso
(y correr)
-1996-

Quise robarte un beso y correr
a las inmensidades de lodo;
sentir tus labios húmedos
y sumergirme en tus ojos.

Quise darte un beso y correr
hacia el mar de los encantos;
abrazarte bajo la noche
y perderme entre tus brazos.

Quise robarte un beso y correr
junto a tu corazón de arcilla;
ver tu imagen en la luna
y oír tus palabras tranquilas.


Realidad nocturna II
(1996)
La luna mata otra vez la maldad
y él sale de nuevo a vivir,
busca espíritus y una amistad
para no volver allí.
Vaga por la ciudad apagada
junto a sus cómplices del corazón;
recordando historias olvidadas
y muletillas de pasión.


El gato manco
(1996)
No puedo dejar el miedo por ahí
sin una manta con que cubrirse,
pues salgo sólo a buscar
algún deseo de morirse.

El fuego quema las raíces
dándome alas para volar
oculto en algún cementerio
con un gato manco, incapaz de llorar.

El derrumbe de mis ídolos ciegos
jamás dejará que cante a capella
pues ni el cielo ni el infierno,
echaran de mi mente ésta pena.

El gato manco seguirá malherido
soñando con entrar a mi rayuela,
éste camino curvo e intranquilo,
que solo evita que fenezca.


La película de Sandrini y su madre
(1996)
Una solitaria película en blanco y negro
mostrando las lágrimas de Sandrini,
que llora por su vieja o sus amigos,
que llora por verme en un burdel.

Muchos duendes en la torre
y negros cisnes en lago;
logrando sus deseos de pobre,
logrando que deje de bailar.

Un pañuelo de blancas pintas
en el centro de la jauría;
la voluntad de quién quería,
la voluntad de quién no.

Juntos hasta la muerte,
a pesar del nuevo hermano;
una madre de ficción,
una madre que aún espera...
...y esperará


(1996)
Las olas que golpearon mi orilla
inundaron amplios sectores de mi alma,
creando un temor al recuerdo
de las noches pasadas sin calma.


(1996)
La madrugada y el camino.
El campo y unas luces.
La soledad y mi amor.
¡Cuanto desengaño!
Solo me resta olvidar.


(1996)
La noche cayó,
la luna apareció,
tu sonrisa me iluminó
amenazando mi ego.


Perdidos en la noche
(1996)
Perdidos en la noche,
escapan de la muerte,
buscando un destino
que les de alguna razón...

Ocultos en la niebla,
se enamoran de la luna,
intentan no caer
en la maldita necedad...

Cansados en la ruta,
lloran de la mano,
uno jura que no olvida,
otro solo pide perdón...

Perdidos en la noche,
vagan por las calles,
luciendo sus heridas
de vida y suciedad.


Melodías y palabras
(1996)
Un saxofón aturde mi cabeza
y el humo al espacio tonto;
un cigarrillo por mí reza
y la nada por los sin rostro.

Una armónica llega a mi alma
y las nubes pobres al amanecer;
tu imagen se pierde en la mañana
y el fingido amor al atardecer.

Una guitarra resuena en el mar
y las lágrimas en el cielo;
no tengo a quién amar
ni tú por qué hacerlo.

Una voz quiebra la oscuridad
y mis pasos las calles de cemento;
no soy el dueño de la ciudad
ni tú de tus lamentos.

Melodías y palabras,
cuentos que no tiene fin;
nadie puede abracadabra
ni perder uno sino mil.

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