VI. De murciélagos y murciégalos

Brama desde ladrillos huecos el sol, grito idílico de quienes se absorben en el trajinar. Brama sobre quienes se masturban ante la agonía de murciélagos.Brama frente a bárbaros mercaderes galos que atomicarán la kaaba y su curia. Brama, y nosotros, los eléctricos no nos decidimos por la horca o el fusil, no nos decidimos si ese hongo es veneno o venerable. ¡¿Pero por qué mierda no callan?! ¡¡insensatos!! Si recitan revoluciones y evoluciones porque su colegio facho o fatuo, faccioso u ocioso, no quizo adentrarse bajo el puente y la suerte de quienes aún no se suicidan en bancarrota. Martingala. Jacob. Antiguo testamento entre falcons verdes, monedas grandes y nostalgias de la segnora. Martingala, gala de galos que sirven a los que matan sirvientes y azotan a quienes dicen azotar. Atila. Y el papa ya no puede tomar coca ni Pío dice algo de no se que pato. Pero bang, van varios epitafios y pocos toman el guante.¡¡Insensatos!! Callen porque en la noche, mi querida Selene susurrará a sus oidos la única consigna que puede azuzarles:- Ignorancia supina, ignorancia mundana... Pero ya no importa. Caen como moscas las moscas y quienes se creen aragnas. Caen, sin ver que, al final, tan solo resta dar media vuelta, acomodarme el sombrero y marchar con una sonrisa incontenible. Ustedes fenecen iracundos, y yo solitario. Quiero amarlos, pero no entienden porqué, entonces huyen...
...y bang.

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