V. Agno nuevo

Traicionan los pasos de Heracles, febo incansable que inunda las chapas de babydoll. Traiciona la valla, el valle y lo minúsculo de Francia juzgando a Dreyfuss. Traiciona recibiendo dormido, sin adormidera, este nuevo agno que -fraterno e infierno- mancillará el honor de los tuertos y martillará sobre el cráneo de los ciegos. Traiciona, y lo embotado de mis nuevos tiempos no se refugia en avatares ni ataris. Traiciona, esa fugaz nostalgia del dolor; que ahora vuelve montada en Némesis, queriendo que ya no respire. Que ya no respire. Que ya no respire pues la duda dura más de lo que lo profundo del fondo se oculta en el fondo de mis victorias. Intento respirar profundo, ¡eso! intento respirar profundo y llenar mis pulmones de lo que nos dicen es aire, pero no puedo, huye de mi pecho como gallina umbanda tras el silbido de viejas heridas. Huye. Huyo. ¿Huyo? No. ¡No! pero, sin vacilar, enhebro un poco de Gancia y antibióticos tan solo para volver a ser poexistente, ese poexistente décadaente. Eso. ¿Y ustedes? ¿lastiman con lástima o hierven su espada antes de llamar a la Ker para su vecino? Cierren sus ojos. No se mientan. Omega se devora a si mismo y todo el pelotudo esfuerzo por negar la o y la a. Giman, He-man...y mi cabeza vociferará vengadora.
bang...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

comentá si se te da la gana...