Anochecer del Lunes 11. (2000)

Niña del sol:
Desde hace unos meses tengo una vieja computadora que utilizo para dos cosas: distraerme jugando algunos juegos y escribir. La idea es copiar escritos pasados, ir armando varias ideas que debo desarrollar, y escribir cosas nuevas. Nunca pensé en escribirle una carta a alguien, hoy lo estoy haciendo con la idea de después pasarla a mano, pero sin ninguna intención de quitarle espontaneidad ni sinceridad a mis palabras.
¡Niña del Sol! ¡Princesa de azúcar! Ésta es mi tercera carta y espero que no sea la última. Quiero que sepas mis sentimientos minuto a minuto. Te extraño, quiero abrazarte, besarte, amarte, oír tu voz y perderme en tus ojos tiernos y melancólicos. Eres un ángel que iluminó de nuevo mi vida.
Ayer cambio mi vida de golpe, como tú también me has dicho que te pasó. Juntos iniciamos una nueva historia que espero sólo tenga final con la muerte, pero ni siquiera, porque escribo con la intención de que mis sentimientos e ideas sobrevivan a mi cuerpo.
(Enciendo otro cigarrillo)
Ayer quería gritar a los cuatro vientos lo que siento por ti pero usé mi razón, me reprimí porque creía que era lo mejor para los dos.
Cuando empezó a llover corrí, temeroso de ya no poder verte, como habíamos quedado. Corrí bajo la lluvia, quería volver a sentir tus dulces besos, abrazarte, abrigarme y abrigarte. Corrí... y pude verte de nuevo, me dejaste leer en tu mirada lo mismo; quisimos huir y no separarnos jamás.
Y al verte casi desfallezco. Te ví, mojada, tierna, sensual, atractiva ante mis ojos y mi alma. Te deseo. Tengo miedo, miedo de lastimarte, de pedirte demasiado, de que te lleve a transitar por caminos difíciles.
Poco nos conocemos. Nuestras vidas han tenido muchas heridas.
(El cansancio y el hedor de mi cuerpo hacen tambalear mi cordura)

Te quiero mucho. Quiero verte.
Me dolió mucho verte abrazada a E******. Pero principalmente por ponerte en esa situación. En esa y en la que tengas que haber visto el final de mi historia con la mujer de cabellos de mar.
No te voy a mentir, aquella historia fue fuerte, dejó marcas imborrables, llegó a confundirme; pero tú cambiaste mi cabeza, aunque no lo haya parecido. Debí mostrarme fuerte, sentí que lo necesitábamos.
(Enciendo un cigarrillo, descubro la redonda luna, combato el calor sacándome la remera y pienso en ti y en como ordenar mis pensamientos-sentimientos para transmitírtelos. Fumo otra seca, mi respiración se agita y sigo. Te quiero.)
Te quiero, niña del sol. No me importan los prejuicios de la gente ni el murmullo de la noche; solo me importa que estemos bien, cuidarte, amarte. Necesito estar junto a ti, abrazados o recordándote. Me siento bien con vos, ríes con mis chistes tontos, disfruto de tu compañía. Sos un ángel que me da la oportunidad de besarte, y si quieres, amarte, solo amarte.
Te acordás del “...Si quieres, estaré...”? Sinceramente no sólo era como amigo, siempre barajé la posibilidad de algo más que eso. Es que tras tu coraza vislumbré un ser maravilloso, puro, joven; pero lastimado, que necesitaba ayuda.
¡Te quiero tanto! Quiero conocer tu corazón, que nunca dejes de remar por tus sueños y que quieras compartirlos conmigo. Eso ansío con toda la fuerza del viento y los huracanes, del fuego y los volcanes, del mar y los ideales. Déjame abrazarte por siempre, imaginarte tras el paisaje, oírte desde el espacio.
Pero mi sueño de estar junto a tí no es fácil. No es fácil porque “...alguien puede cruzarse en nuestro camino...” y hacernos olvidar el uno del otro. Aunque creo que es difícil encontrar (o que me encuentre) alguien como tú, tan dulce, melancólica y bella.
Yo tengo miedo por tí, sería lógico que me olvides y camines de la mano de otro. No podría condenarte si eso pasara. Pero lucha, lucha por nuestra historia, mis cicatrices me dicen que te pida sinceridad y confianza. Tú eres la única mujer con la que quiero estar hoy...o en el año 2002.
Pero mi sueño de estar junto a tí no es fácil. No es fácil porque “...vivimos lejos...” y no nos vamos a ver seguido. La distancia es un pared que derribaremos valorando sólo nuestros sentimientos. Por supuesto que nos dolerá estar alejados pero yo te quiero demasiado como para rendirme. Yo tengo miedo por tí, sería lógico que renuncies a un incierto futuro juntos. No podría condenarte si eso pasara. Pero lucha, lucha por nuestra historia, mis cicatrices me dicen que te pida seguridad y paciencia. Tú eres con la única mujer con la que quiero estar hoy... o en el 2002.
(Enciendo otro fatal cigarrillo y pienso.)
Soy inseguro. Tengo miedo que me olvides. No quiero dejar de decírtelo así como no dejé de decirte que...que te quería. Doy vueltas y vueltas por ello. Soy inseguro. Tengo miedo de engancharme más aún y luego llorar, llorar. Pero sin embargo quiero que nos amemos hoy o en el 2002, quiero soñar con ello, aunque parezca que puedo vivir de ilusiones y que quiero obligarte a hacerlo a tí. No es así. Un futuro incierto no significa que no haré esfuerzos -desde la debilidad de mi cuerpo- para seguir construyendo un universo únicamente nuestro (ya empezamos a percibirlo en aquél momento en que te sentiste fuera de la realidad, en el que me sentí fuera de la realidad). Un universo celestial.
Déjame ayudarte a salir de tu capullo, a volar entre las estrellas fugaces. Pide mil deseos, trataré de cumplírtelos. Sueña, sueña. Lucha por tu libertad, rebélate aún más a lo establecido, rompe con las cadenas que te unen a tu presente ambiguo, confuso.
Quiero amarte, besar cada centímetro de tu cuerpo; que te incomoda, lo sé, me lo dijiste ayer y lo sabía de antes (nunca dejé de tratar de conocer lo profundo de tu alma) pero que seguramente es capaz de volar, reír, gozar, fundirse con otro en una mágica danza estelar. Quiero amarte, oír cada palabra de tus labios contándome pesares, esperanzas y alegrías; que quizás nadie haya escuchado, lo sé, me avisó mi corazón ayer y lo sabía de antes (nunca dejé de tratar de conocer lo profundo de tu espíritu) pero que seguramente deseas compartir, confesar, esparcir, brindárselos a otros en una mágica historia de amor.
....Tienes miedo, yo también..
...pero con nuestro esfuerzo y el vigor
de nuestros sentimientos...
....la felicidad golpeará nuestras puertas
miles de veces...
...Y si no...
... recuerda la calidez de nuestros abrazos...
...o como nos buscamos bajo la lluvia...
...para huir juntos a algún lugar...
...y besarnos a escondidas,
sintiendo la electricidad de nuestro primer beso...
...( Tú la sentiste?)...

Te extraño.
J.

P.D.1: Te quiero mucho, mucho, más de lo que te imaginás.
P.D2: Ah! Y Si quieres, estaré.

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