Beccar. Quién sabe cuando.

Cabellos de mar:
Tan lejos te encuentras que casi ya no puedo sentir el perfume de tu piel; tan lejos te creo que no tengo fuerzas para dejar de envenenarme. Demasiado es el alcohol en mis venas y demasiada la cocaína en mi cabeza. No puedo dejar de husmear en los confines de la autodestrucción.
Decenas son los demonios que pululan junto a mí, riendo irónicamente. Decenas son los fantasmas que deambulan por mi habitación, llorando sus condenas. Decenas son los corazones que busco conocer para sentirme amado...¡¡No puedo más!! Deseo morir, dejar de fingir, detenerme en el borde del acantilado y gritar: -Yo soy, estoy vivo, estoy harto de tanta mediocridad y falsos ídolos.
Quiero amar, y si es posible amarte. No puedo esperar tu fragata de satisfacción, necesito que tires el ancla. Recuerda: Yo amo a la humanidad. Deseo ser libre.
Deseo ser libre, ¿es caminar hacia la locura? ¡Habla! Di algo, di que me odias, di que me amas, di que estoy perdido, di que soy fabuloso, di lo que quieras decir...pero júzgame, quiero que me juzgues, no quiero perderte.
Puedo desnudarte, oír tus gemidos y partir, pero las cadenas de mi corazón me lo prohiben. Quiero tener un programa de radio contigo, que juntos seamos un temerario motor, que estemos bien, que volemos sobre ríos, llanuras, cordilleras y ciudades...
Amo y detesto tu confianza en mí. Quiero sacar de mi cabeza a la Niña del sol, a todas las personas que inventé porque no estoy bien.
Te amé con locura... ¿Ahora? Ya no sé nada, mi realidad vibra por el terremoto de mi inutilidad, inutilidad que avanza de pie, sonriente.
La anestesia me condena a mi eterno laberinto, quizás llamado castillo de Febrero, quizás llamado locura antropofágica, no sé.
Quiero y no quiero morir, quiero y no quiero salir, quiero y no quiero luchar por nuestra historia...
(Barbarie capitalista)

... con locura, ¿locura? Mirar el techo de mi celda y ver el verdín parasitando sus maderas, ergo escribir alguna poesía como descargo.
Yo te amaré por siempre, aquí o en Pláton city, pero te amaré. Amaré el fuego de tus ojos cuando debatamos ideas, el fuego de tus ojos cuando seduzca quinceañeras, el fuego de tus ojos cuando nuestro pechos se agiten.
Soy así, ingenuo y malvado, frágil y poderoso, lúcido y torpe...
Me voy, la loca de pris me llama.

Sigues siendo una luz en mi camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

comentá si se te da la gana...