La Cava, ciudad de Beccar. 2-2001

Princesa de fuego:
La villa y la lluvia envuelven mi cuerpo. El lento reloj ni siquiera marchó a las ocho y diez. Otra vez agobiado por el fantasma de la postrimetría, voy a escribir.
Podría escribirte sobre mis sueños y mis miserias, pero no quiero. Deseo contártelos alguna de estas noches, cuando nos dejen marchar lejos de (nuestro) aquí.¿Para que te escribo? Para sentirme un poco más cerca de tí, para seguir creyendo en las últimas palabras que te oí, para sentirme vivo. (A veces es tan difícil explicar como se hilvanan los sentimientos y los pensamientos más primitivos).
La radio me aturde, la niebla me contrae, la fama se acaba y todo gira y gira en un carrousel. El barrio me llama, el reloj me persigue, las gomas se incendian y los niños sin sortija se largan a llorar.
Solo te pido una cosa, ni ángel ni demonio; solo te pido una cosa, princesa de fuego. Nunca, por favor, nunca me mientas, porque el vértigo de mi pasividad me susurra desde las cenizas:
-Una herida más te mataría.

Recuerda, no es muy dificil enamorarse tí
J.

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