Carta a Rosario bajo la lluvia (1999)
Rosario:
La madrugada y el frío se mezclan en tu seno. La lluvia se entristece por tu amor. El cielo ya no te pertenece, pronto será mío ¿Por qué? Porque, quizás, nuevamente usé una ciudad -a tí- como cementerio de mis pasiones; o tal vez la miseria de mis congéneres me obliga a despreciar toda la banalidad con que llenan sus vestiduras.
¿Es éste el arco iris de la existencia? Creo que no. Creo que otros son los colores que forman el abanico de las emociones.
Estoy agotado...estoy herido...estoy mojado... estoy sin nada en mi estómago. Tan solo me estoy enamorando (¿Qué importan las lágrimas si caen a un océano de incertidumbre y cordialidad?)...

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