Tambalean. Los rizos de la noche tambalean llenos de angustia. Con paladar negro guillotino las frases de tu muerte y temo no estar. Te entiendo, mi pecho te entiende. Y no puedo regar el teclado.
Fuman. La cavas de la llovizna fuman tendencias de insurrección. Con histriónicas farmacias se llevan lo poco que deja la barbarie. No siento. Este maléfico decatlón no eyacula. Y no puedo ahogar tus deseos de muerte.
Deleitan. Tus redes cadenciosas deleitan mi orgullo. Con pedante sonrisa exclamo haberte conocido. Triolé. Ardiente pesar que vomito tratando de imitarte. Y no llego a santificar tus imponentes palabras envidiadas.
¡¡No puedo amiga mía!! No puedo sostener tu pugnal, no puedo. Este poexistente ama la retórica, tu retórica, frondosa furia que me ata a querer seguir leyendo tus pecados, heridas, miedos, esa urbana sanidad mental que ensegna. Ensegna, ensangra. Y no puedo.
(Harakiri, Alfonsina, Guyana, Rimbaud, biografía, Van Gogh, butano, belleza...)
¡¿Debería callar sabés?! Estuve imsomne buscando ese crisol creativo, cretino, que me permitiera responder a tu pedido; pero hoy -febo día sin bártulos- solo necesito embriagar mis sentidos, seguir andando descalzo en canto rodado. Solo eso.
(Estoy condenado. Mis pulmones heridos no dejan de pedir humo.
Y en ellos guardo el último aliento).
¡¿Debería hacerlo sabés?! Estuve vomitando horas, asqueado de nuestra condena, incomprensible para los mortales. Debería hacerlo, te lo debo, la humanidad te lo debe.
¡¿Debería hacerlo sabés?! Estuve vomitando horas, asqueado de nuestra condena, incomprensible para los mortales. Debería hacerlo, te lo debo, la humanidad te lo debe.
Y yo, caballero altruista,
tomaría tu místico ritual para también inmolarme...
...pero es abandonar la postrimetría.
Sé que me entiendes. Por favor entiéndeme.
(Entonces me arrodillo y te pido perdón, razgo mis vestidos y te pido perdón.).
Me despido. No puedo.
(Mis viejas, mi amor, mis amigos, mi causa, mi ego...)
¿Acaso crees que abandonaría tu cuerpo sangrante? Me quedaría junto a él, aún tibio, hasta que llegaran los gendarmes. Necesitaría decirles que yo lo hice...que yo lo hice...¡¡¡que yo lo hice!!!
tomaría tu místico ritual para también inmolarme...
...pero es abandonar la postrimetría.
Sé que me entiendes. Por favor entiéndeme.
(Entonces me arrodillo y te pido perdón, razgo mis vestidos y te pido perdón.).
Me despido. No puedo.
(Mis viejas, mi amor, mis amigos, mi causa, mi ego...)
¿Acaso crees que abandonaría tu cuerpo sangrante? Me quedaría junto a él, aún tibio, hasta que llegaran los gendarmes. Necesitaría decirles que yo lo hice...que yo lo hice...¡¡¡que yo lo hice!!!