Verano, pútrido calor sugestivo que, hambriento, entra en cada una de nuestras venas, nuestros sentidos, nuestros valores. ¿Por qué? Para que el elixir de los bacos y los hermes se enfrenten a su espejo y desgarren el pecho del último que les dijo a ustedes, vanos susurros:- Con burlas justificaran su ignorancia...
(bang)
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